viernes, 6 de enero de 2017

Retrospectiva de unamatematicaseltigre 2016

En la antigua Grecia, el futuro se concebía como algo que estaba detrás de uno y el pasado como lo que estaba delante de uno1. Hoy, esta concepción del tiempo nos es extremadamente rara y contraintuitiva- todo el mundo sabe que el futuro es lo que está delante de nosotros, ¿no? Pero en la antigua concepción griega, el sujeto es como el que rema en un bote: el curso que lleva el bote está a sus espaldas y las aguas pasadas estan al frente. El futuro está a nuestras espaldas y no lo podemos ver. Las mismas palabras en castellano dan testimonio de ello. El pasado, el antes, está ante nosotros. El futuro, lo que viene después, es posterior. Está detrás de nosotros. Literalmente, caminamos en el tiempo avanzando hacia atrás. Con esta idea como preámbulo y en los estertores del 2016, abro mi editor de texto y comienzo a redactar una retrospectiva/prospectiva de mi sitio unamatematicaseltigre y tratar algunas ideas relativas al futuro de la educación a distancia, las tecnologías digitales y la heutagogía.

Indicadores de vitalidad


Para estos días el año pasado me encontraba escribiendo líneas de código en Javascript para implementar el sistema de autoevaluación para Matemáticas 1. Con este trabajo, aún inconcluso, daba inicio a una etapa nueva en mi blog. Hasta entonces, el blog era un simple repositorio de anuncios al estudiante, listados de objetivos logrados y modelos de prueba. Ocasionalmente, escribía sobre algún tema extracurricular dentro de mis áreas de interés matemático, como por ejemplo la estadística, la visualización de datos, el machine learning y el lenguaje R. Pero estas entradas, a juzgar por la data analítica del blog, en su mayoría quedaban relegadas a acumular el polvo del olvido. Siempre me ha gustado escribir sobre temas de mi agrado, pero tampoco quería "predicar en un desierto".

Me era difícil entonces, como aún lo es ahora, precisar porqué estaba inconforme con el blog. Para ser exacto, no tenía aún una visión coherente, un marco teórico de referencia que explicase el tipo de plataforma que debía tratar de construir y cómo esta plataforma se empalma con objetivos educativos más amplios, a la vez que me permita a mi como educador o "conocedor" de un tema ampliar mi audiencia y mi circulo de influencia.

Una cosa era cierta- los bajos niveles de tráfico, el alto bounce-rate y los bajos tiempos de visita promedio apuntaban hacia algo de lo cual carecía mi blog - un buen nivel de engagement2 o interactividad con el usuario. Lo que en el fondo anhelaba - y busco afanosamente aún - como docente y como un administrador de un sitio educativo en internet era lograr una buena interactividad con los usuarios.

Sin saber exactamente como la tecnología digital irá trastocando el ámbito cultural, económico y educativo de nuestra sociedad3, para mi estaba claro, como lo explico en mayor detalle en este ensayo que escribí hace poco más de 5 años, que como educador que ha hecho de la docencia su modo de vida, tenía que hacerme con un capital de atención.

A un nivel micro, podríamos enumerar algunas métricas o indicadores: tráfico, medido en visitas o cantidad de páginas vistas diariamente, tiempo promedio en el sitio, bounce-rate o tasa de rebote, entre otras métricas que arroja la aplicación de Google Analytics. En este sentido, las estadísticas de mi blog eran deplorables, por decirlo de alguna manera. Pero explicarlo todo como un simple asunto de optimizar estas cifras sería muy superficial.

Cada una de estas métricas de por sí sola da una visión muy parcial de la vitalidad de un blog como plataforma educativa y de la influencia que ejerce el docente sobre una determinada comunidad de aprendizaje. Más difícil aún es dar cuenta mediante estas cifras de la cantidad y la calidad de aprendizaje que estamos promoviendo en un blog.

La conjugación entre las tecnologías digitales y la educación a distancia


Las métricas relativas al tráfico de un sitio web y la optimización para los motores de búsqueda (el denominado SEO o Search Engine Optimization) son temas sobre los cuales hay una enorme cantidad de contenido en Internet, con especialistas y consultores de todo tipo ofreciendo sus servicios a las empresas y bastante material didáctico sobre cómo realizar SEO. Sin embargo, estos servicios y contenidos están enfocado más que todo al mundo del mercadeo y la publicidad, donde el consabido bottom line es cómo convertir todo ese tráfico, todos esos "likes", todas las publicaciones compartidas y la visibilidad de un sitio para los motores de búsqueda en ventas. Esto está aparentemente en las antípodas de la educación y su misión de generar y transmitir conocimientos, actitudes y competencias. Sin embargo, cuando los docentes hablamos de la necesidad imperiosa de incorporar el uso de las tecnologías digitales en nuestra práctica educativa, es bueno recordar, como señalaba en mi ensayo sobre la era de la información, que la razón de ser y la viabilidad de estas tecnologías obedece a las fuerzas del mercado y a las economías de escala.

En la Universidad Nacional Abierta, institución de educación a distancia de la cual formo parte, pareciera que el modelo de actualización tecnológica de la UNA va encaminado hacia la implementación de cursos en ambiente virtual bajo la plataforma Moodle, tal como actualmente se administran en sus programas de Postgrado, siendo los principales cuellos de botella la infraestructura tecnológica y la capacitación en el uso de los TICs para sus docentes. Si bien algunos miembros de la comunidad UNA han venido creando a partir del 2011 grupos Facebook y blogs para publicar materiales complementarios e información referente a la administración de las asignaturas, estas acciones son iniciativas personales y "no obedecen a una política institucional de divulgación de información a través del aprovechamiento de las tecnologías"4.

El aprovechamiento adecuado de las tecnologías digitales para fines educativos requiere indagar sobre la naturaleza de estas, el tipo de sesgo en la dinámica comunicacional que suponen y la relación a nivel conceptual de todo esto con la educación a distancia. La comunicación por internet, por lo menos en esencia, es asíncrona y a larga distancia. Esta característica no es para nada novedosa en la evolución de los medios de comunicación, que comenzó con la invención del alfabeto y del texto escrito hace miles de años, creadas como tecnologías para lograr la trascendencia en el tiempo y el espacio del acervo cultural. Incluso, tenemos tecnologías de data más reciente como la televisión que permiten "ver a distancia" y trascender la separación geográfica entre emisor y receptor. No obstante, aquí es donde termina la similitud y comienza lo verdaderamente novedoso de la comunicación por Internet.

Lo novedoso es que la comunicación por Internet es multidireccional, concurrente y mediada por dispositivos cibernéticos que responden de forma automática a su entorno (los usuarios) según algoritmos o programas que pueden ser creados por los mismos usuarios. Esta es una diferencia sutil pero importante que comúnmente es soslayada por muchas personas, particularmente por los educadores. Como primera consecuencia obvia de esto tenemos que el gran público de usuarios de estos medios pasan de ser simples espectadores pasivos (consumidores de información) a agentes productores de contenidos. Pero es tan arraigado el modelo de las tecnologías de comunicación anteriores en la UNA, institución esta basada en un modelo instruccional industrializado tipo broadcasting, que sus autoridades todavía hablan de "políticas institucionales de divulgación de información a través del aprovechamiento de las tecnologías." Todavía aún, con contadas excepciones, los pocos docentes que incursionan en el mundo del blog lo hacen solo para difundir información sobre la administración de sus asignaturas.

Se habla de la web 2.0 como una ruptura tecnológica con una forma de web anterior pero en realidad, la creación de páginas web dinámicas en la que los usuarios crean contenidos (piensen en blogs, foros y redes sociales) es producto de un uso novedoso de la web y no de cambios sustanciales a sus especificaciones técnicas5. Desde el campo de la educación dirían ante esto: "Ah, claro. Blogs, wikis, foros - todo esto lo usamos ya para la construcción de saberes y el aprendizaje social colaborativo en la web". Sería un error perseverar en esa línea de pensamiento y concluir que "las potencialidades de las TIC ... han sido suficientemente exploradas y comprobadas en diferentes escenarios educativos"6. Creo que la última palabra sobre las potencialidades educativas de las TIC aún no ha sido dicha y urge considerar, no cómo hacemos para actualizar la Universidad y ponerla a tono con los cambios tecnológicos, sino cómo, desde la Universidad, podemos impulsar cambios tecnológicos para promover una educación verdaderamente abierta y una sociedad más democrática, más creativa y más ilustrada.

¿Programar o ser programados?


Si queremos tener una idea más cabal sobre las potencialidades de las TIC en los escenarios educativos, debemos ir al origen de esta diferencia fundamental entre las tecnologías de comunicación digitales y las tecnologías previas. Debemos remontar al punto en donde los dispositivos cibernéticos interactúan con nosotros los usuarios según algoritmos o programas, porque es aquí donde nosotros diseñamos el tipo de interacción que queremos que el usuario/estudiante tenga con nuestra aplicación- una interacción que, esperamos, propicie el aprendizaje. No estoy hablando de llegar al extremo de aprender sobre la arquitectura del computador, lenguaje ensamblador y así sucesiva e incrementalmente para llegar hasta la última capa de herramientas de desarrollo del más alto nivel. Estoy hablando más bien de entender que nosotros realmente tenemos la posibilidad de agregar o crear desde cero nuestras propias especificaciones de funcionalidades y de interacción con el usuario.

Permíteme ilustrar esto tomando como ejemplo este mismo blog. Este blog fue creado en Blogger, un servicio gratuito subsidiario de Google. Si has creado tu propio blog de esta manera sabes que en muy poco tiempo y con mucha facilidad puedes agregar tus propias entradas mediante un editor muy parecido a un procesador de palabras y jugar con ciertas plantillas para modificar colores por aquí y gráficos de fondo por allá, además de agregar algunos gadgets o mini-aplicaciones ya prefabricadas. Todo esto sin pagar hospedaje o comprar un dominio. Seguramente algunos me preguntarán: y porqué no creaste el blog en Wordpress, ya que es una plataforma más "profesional" para la cual hay una mayor cantidad de plantillas y gadgets disponibles? La razón es porque Wordpress, en su versión gratuita por lo menos, no permite que el administrador del blog acceda al código HTML o agregue su propio código Javascript.

Voy a explicar más en detalle esto último. Todo navegador, indistintamente si te conectas desde una computadora de escritorio o desde un teléfono inteligente e indistintamente del sistema operativo que uses, visualiza una página web interpretando el código HTML7 de esa página. De hecho, cuando uno navega hacia una página, el navegador lo que hace es descargar desde algún servidor un archivo de texto que es el "programa" HTML- aquello que le indica al navegador qué es lo que debe visualizar en la página, cuales son sus elementos, colores, tipos de letra, etc. Más allá de los aspectos de diseño, del contenido de texto, de los hiperenlaces, imágenes gráficas, etc. que contiene la página, también puedes incrustar dentro del código HTML trozos de código en Javascript, que es un lenguaje de programación que pueden interpretar los navegadores. Aquí es donde la magia comienza.

He dicho que mi sitio fue creado en Blogger, pero gracias a que Blogger sí me permite editar el HTML de mis páginas o entradas e incrustar trozos de código en Javascript, pude crear el sistema de Autoevaluación para Matemáticas I de la UNA que mencionaba al principio. Veamos muy someramente cómo funciona para ilustrar lo que se puede hacer cuando uno agrega o modifica el código HTML/Javascript.

Cuando el estudiante entra en la página de Matemáticas I, un trozo código en Javascript le ordena al navegador recuperar desde un servidor en la nube una tabla con la base de datos de la matricula de esa asignatura para ese semestre. Esto a fin de que cuando el usuario ingrese tan sólo su cédula, aparezcan los demás datos (nombre y centro local de inscripción) o en caso que ese número de cédula no aparezca en la matricula, aparece un aviso al usuario. Si la persona está matriculada como estudiante y ha seleccionado un objetivo, al pulsar el botón de "Ir al quiz", lo que ocurre es que otro trozo de código Javascript recupera otro archivo en Javascript donde se crean las estructuras de datos que representan los bancos de items. El programa en Javascript luego selecciona 5 items al azar del banco de items de ese objetivo y reordena las opciones aleatoriamente. Ejecutando otro trozo de código Javascript mi aplicación finalmente corrige las respuestas del estudiante y le da un feedback instantáneo. En todo esto, los datos del estudiante, la fecha y hora de presentación de la autoevaluación, las preguntas que salieron y las respuestas del estudiante se graban en un archivo externo hospedado en la nube.

Lo anterior es un ejemplo muy concreto y muy modesto de las potencialidades educativas de las tecnologías de comunicación digitales. Es un ejemplo pertinente porque ilustra cómo la aplicación de las TIC al ámbito de la educación a distancia supone algo más que saber usar programas o servicios ya creados por otros. Después de todo, los creadores de Blogger sencillamente no pudieron prever que alguien utilizaría un blog para ofrecer autoevaluaciones de Matemáticas I a los estudiantes de la UNA en toda Venezuela con corrección y retroalimentación automatizada. De igual manera, los creadores de redes sociales como Facebook, que por cierto son programadores y no educadores, no crearon esta aplicación como una herramienta educativa. De hecho, hoy por hoy, podría decir sin temor a equivocarme, que la finalidad de Facebook es mantener a sus accionistas contentos. Sin embargo, el ver estas cosas a través de la óptica de códigos de programación ayuda a evaluar de manera más crítica la aplicabilidad de estos sitios web a la educación a distancia y el tipo de interacción entre los usuarios que estas fomentan.


Anatoli Fomenko
La dieta informativa que recibimos a través de posts que aparecen en nuestro muro de Facebook y los resultados que aparecen tras una búsqueda Google, para citar dos ejemplos, son el producto de algoritmos extraordinariamente complejos que son el secreto mejor guardado de los gigantes de Silicon Valley. Nadie sabe a ciencia cierta cómo estos algoritmos irán moldeando la vida social, política y económica de todas las naciones del planeta. El efecto red que surge como consecuencia de tener a todo un planeta interconectado crea una complejidad demasiado grande como para hacer un pronóstico. Lo que sí podemos afirmar es que para poder ver estos cambios de una manera más crítica y evitar ser programados, debemos aprender a programar. Aprender a programar es acceder al panel de control de nuestra civilización8 y esto, huelga decirlo, es de vital interés para nosotros los educadores.


Big-Data e inteligencia artificial


Si le preguntas a un adolescente de 11 años para qué sirve Facebook, seguramente te dirá que para hacer más amigos. Si le haces la misma pregunta a un ejecutivo de Facebook, seguramente te dirá que sirve para recabar data estratégica sobre las preferencias de los consumidores. El sustrato sobre el cual se ha construido todo este fenómeno de las redes sociales, su razón se ser misma, es el Big Data. La interacción de millones de usuarios con la web deja tras de si una estela enorme de datos recopilados en tiempo real, que al ser minados por algoritmos de aprendizaje estadístico permiten a los computadores predecir eventos y realizar tareas que antes solo podían ser realizadas por seres humanos, pero a una escala verdaderamente sobrehumana. La mayor parte de esas tareas están orientadas hacia la producción de ingresos a través de publicidad y mercadeo. A cambio de permitirnos crear cuentas, perfiles y blogs gratuitamente, estas compañías minan nuestra data, de modo que terminamos trabajando prácticamente de gratis para ellos.


Anatoli Fomenko
Como matemático interesado en temas de estadística computacional y machine learning, este asunto del Big Data siempre me ha llamado poderosamente la atención. El Big Data es data cuya cantidad ronda por el orden de terabytes o petabytes, recolectada en tiempo real y de una resolución o minuciosidad muy alta. El manejar tales cantidades de datos es posible gracias a la evolución en los equipos de computación y a su vez, la aplicación de algoritmos de machine-learning (aprendizaje automatizado) y otras técnicas estadísticas avanzadas de última generación es lo que hace posible generar los modelos matemáticos predictivos con los cuales funciona el algoritmo del news-feed en tu perfil de Facebook, el sistema de recomendaciones de Netflix y de Amazon o inclusive es lo que hace posible que la versión Hummingbird del buscador de Google entienda búsquedas en lenguaje natural, discierna sobre cuales autores son expertos en un tema y más aún, sepa qué estás buscando realmente antes de que formules la consulta.

La Inteligencia Artificial dejo de ser ciencia ficción para convertirse en realidad. Nadie pudo prever los avances tan enormes que ha dado este campo en la última década. Ya tenemos carros y drones que se manejan solos, por dar un ejemplo. Otro ejemplo: es posible determinar con un cierto grado de certidumbre cuando una persona se ha contagiado de gripe u otra enfermedad a partir de los sensores de movimiento del teléfono inteligente que lleva consigo. Hoy en día sería muy arriesgado afirmar que exista alguna actividad humana o profesión que no pueda ser desempeñada por máquinas. Estamos en presencia de máquinas que recopilan toda nuestra data en tiempo real y quizás conocen más sobre nuestras actividades que nosotros mismos. Todos estos avances en inteligencia artificial han sido posibles gracias al Big Data y a las técnicas de aprendizaje automatizado y esto tendrá enormes consecuencias para nuestra sociedad, nuestra economía, y con toda seguridad, sobre nuestro sistema educativo.

En un contexto más científico o filosófico, el Big Data conlleva una revisión epistemológica de la filosofía de las ciencias y quizás constituya un nuevo paradigma científico, aunque esto es debatible porque el aprendizaje automatizado está más orientado hacia la predicción que hacia la explicación de los fenómenos. No obstante, hay áreas de intersección entre la ciencia y el aprendizaje automatizado porque este también engloba las tareas de validar hipótesis a través de la data (comprobación o falsificación de teorías) y generar una hipótesis a partir de la data9. (construcción de modelos). Lo que ocurre es que el machine learning implica la posibilidad de automatizar estas tareas sin intervención humana. Sobre esto tendría que profundizar en futuras entradas de este blog.

Como quiera que sea, los ejemplos que enumeré antes ilustran cómo se están usando los métodos del aprendizaje automatizado para resolver problemas prácticos. Saber si un determinado estudiante está en peligro de desertar, o saber que presenta fallas en x objetivo que se pueden remediar mediante el repaso de unos contenido y o z, son para mí dos ejemplos del tipo de problemas abordables por el aprendizaje automatizado.

Todo esto pareciera estar completamente fuera del radar de la comunidad de investigadores y académicos de la UNA, para quienes, en su mayoría, los métodos de investigación emergentes10 tienen más que ver con la hermenéutica, la investigación etnográfica y demás corrientes epistemológicas urbano-trascendentales. Me parece inconcebible porque, siendo la Universidad Nacional Abierta una institución de educación a distancia, uno pensaría que la mediación tecnológica en la instrucción haría disponible un volumen de datos sobre los procesos de aprendizaje de sus estudiantes lo suficientemente grande como para hacer viable el aprendizaje automatizado.

Volvemos a lo que comentaba en la sección anterior, cuando hablaba de crear ambientes de aprendizaje virtual a la medida mediante la programación. Una de las metas que me propuse a comienzos del 2016 era no solo crear mis propias herramientas instruccionales en el blog para hacerlo más interactivo, sino también recoger yo mismo la mayor cantidad posible de data sobre interacciones entre los estudiantes y mi blog. Así, por ejemplo, mencionaba como cada vez que un estudiante presenta un quiz en línea, se registran los datos sobre el estudiante que presentó, la fecha/hora, la duración en segundos que tardó en responder las preguntas, cuales preguntas salieron, cuales fueron sus respuestas y cuales fueron los items que no respondió.

Empecé a conceptuar cada interacción estudiante/blog como un micro-evento, un momento en el proceso de aprendizaje del estudiante que deja un rastro de data. La interfaz para la consulta de los objetivos logrados, que antes consistía en publicar un listado con toda la nómina de estudiantes, fue modificada y ahora la consulta es individualizada: el estudiante indica su cédula y el código de asignatura, tras lo cual aparece una tabla con la información de los objetivos logrados y algunos comentarios mios dirigidos a ese estudiante particular. Aparte de esto, por supuesto, se registra la data sobre el quién, cuándo y qué de ese evento de consulta en un archivo en la nube. Eventualmente, cuando comience a publicar vídeo-clases en el blog, también implementaré el registro de los eventos que se producen cuando un estudiante consulta alguno de estos recursos didácticos.

Toda esta data en conjunto, además de la data registrada sobre asistencia a asesorías individuales y talleres presenciales, que de todas formas ya registraba en una hoja de cálculo11, no representa una cantidad lo suficientemente grande como para considerarla Big Data, pero si abre un conjunto de posibilidades interesantes para la investigación educativa y la elaboración de mecanismos de predicción y diagnóstico del aprendizaje estudiantil. Es, por ahora, sólo una modesta iniciativa individual, un experimento. Sin embargo, señala un camino de acción posible cuya realidad ya es palpable en este blog.

El efecto red



Luzes. 2010. Marcel Caram
Podría pensarse que estoy abogando por la tecnificación y automatización total de la instrucción en la UNA; nada más lejos de eso. La educación siempre ha sido y será un fenómeno social. La necesidad de contacto social genuino entre seres humanos es una de las pocas cosas que jamás se podrá suplir por una inteligencia artificial. Si bien tendremos que enfrentarnos a un futuro donde el trabajo remunerado, en el sentido en que lo conocemos hoy, donde yo vendo mis horas de trabajo por un salario, tenderá a desaparecer, porque la mayoría de las tareas serán realizadas por robots, esto sólo implica que habrá una mayor demanda para pintores y escritores que nos deleiten con sus obras, actores, comediantes y músicos que nos entretengan con su espectáculo y por supuesto, pensadores, científicos y sobre todo educadores para darle forma y sentido a nuestra cultura.

Ante la inexorable ola de automatización, prefiero pecar de optimista. El espíritu creativo del ser humano será mejor valorado en el futuro. Si resultara ser que este es también suplantado por las máquinas, entones estaremos irremediablemente jodidos. En esta vena, la automatización de ciertas tareas tediosas es bienvenida cuando nos libera para desempeñar actividades más placenteras. Confieso que para mi, las tareas de tipo administrativo inherentes a mi labor docente son tediosas. En cambio, recuerdo con cierta añoranza el contacto social con los estudiantes en el aula cuando daba clases en una universidad presencial.

Académicos de la UNA como el Dr. Nestor Leal Ortiz han escrito bastante sobre el tema de la soledad del estudiante UNA. Ante esto, las TIC abren una ventana interesante para crear interacción social en una universidad a distancia como la nuestra. Aún así, muchos estudiantes continúan quejándose del poco acompañamiento que les damos los asesores y también dan testimonio de la sensación de orfandad que experimentan como estudiantes de la UNA. Es por esto que mi amigo y colega de la UNA, el profesor Miguel Nava, comentaba en uno de sus posts en la comunidad Facebook "Amigos de la Universidad Nacional Abierta" lo siguiente: "Proceso Necesario e imprescindible: Que el personal de la UNA haga vida en las paginas de Internet, Crear Blogs, y demás páginas Informativas y formativas para lograr un impacto necesario en la población estudiantil y en la realidad On Line."

A mi en lo personal no me atraían mucho las redes sociales como Facebook, Twitter o Google+. Me parecían una perdida de tiempo en banalidades. Muy en el fondo, y estoy seguro que esto le sucede a muchos colegas docentes de la UNA, tenía temor a exponer mi intimidad personal o familiar ante un público desconocido donde no todos, lamentablemente, albergan las mejores intenciones. Sin embargo, este año decidí crear perfiles en estas plataformas y descubrí que, por razones que convendría analizar luego en otra entrada, la mayoría de la comunidad estudiantil de la UNA que hace vida en Internet, por no decir el público venezolano en general, hace vida en Facebook. Facebook podría no ser mi red social favorita, o la que me parezca más idónea para propiciar un dialogo productivo con la comunidad estudiantil (por razones que como dije, abordaré en otro post), pero hay que rendirse ante la evidencia: es lo que la gente en Venezuela usa más.

Muy pronto descubrí también que tras promocionar mis publicaciones en el blog por las redes sociales, el tráfico de mi sitio aumentó considerablemente, lo cual era uno de los objetivos que me había fijado este año. Por otra parte, mi blog es bilingüe; las entradas en inglés están dirigidas a un público interesado en temas de estadística y lenguaje R mientras que las entradas en español están dirigidas más que todo a estudiantes universitarios de la UNA, o en todo caso a miembros de la comunidad UNA. Como dato curioso, los visitantes al blog en inglés provienen de comunidades en Google+ y del público de lectores de un blog muy famoso sobre R en el cual hay un enlace a mi blog, mientras que el público del blog en castellano proviene más que todo de las búsquedas orgánicas en Google y de Facebook. Con esto quiero enunciar un principio que afirman todos los expertos en plataformas digitales, que es el siguiente: hay que buscar el público promocionando tu blog en los espacios en donde este público hace vida espontáneamente y este espacio, para la comunidad estudiantil de la UNA, es sin lugar a dudas, Facebook.

La explicación de este fenómeno es algo que se conoce como el efecto red. En economía, el efecto red se define como el efecto que genera el usuario de un bien o servicio sobre el valor de ese bien o servicio para otros usuarios. El teléfono es un ejemplo clásico de esto, donde se produce una externalidad positiva: mientras más personas usan el teléfono, mayor utilidad tiene el teléfono para cada usuario. Lo mismo ocurre con redes sociales como Facebook, donde la gran cantidad de usuarios que usan esa red la hace más atractiva para que otras personas se unan. En términos del estudio matemático de la dinámica de sistemas, diríamos que esta externalidad positiva crea un bucle de retroalimentación positiva que hace que el tamaño de la red aumente exponencialmente. Seguramente este era el efecto que buscaban los creadores de Facebook.

El efecto red comienza a actuar cuando se ha alcanzado una masa crítica de usuarios y usualmente esto puede tomar mucho tiempo, dependiendo del valor intrínseco del bien. En el caso de un blog, su valor intrínseco depende de la cantidad y la calidad de sus entradas. Otro factor es el de la novedad,que se traduce en la frecuencia y constancia de la publicación de entradas y alude al hecho que los usuarios prefieren páginas que se actualizan frecuentemente. En el caso de un foro, siempre hay un tiempo de latencia hasta que algunos usuarios valientes se animan a participar, tras lo cual la conversación se torna interesante para más personas que hasta entonces se habían mantenido al margen. Sobre esto he realizado estudios de dinámica de sistemas utilizando data de la participación en los foros de algunos cursos de la Maestría de Educación a Distancia de la UNA que algún día publicaré en este blog.

Nosotros los asesores de la UNA tenemos una gran ventaja sobre otras personas que empiezan a crear un blog- tenemos una audiencia cautiva de estudiantes. Esto podría ser un buen núcleo desde donde hacer crecer una plataforma comunicacional para ejercer influencia, siempre y cuando ofrezcamos contenidos originales que no se encuentren en otra parte, lo cual el buscador de Google es muy hábil para discernir. Otra herramienta para impulsar el crecimiento rápido de un blog es el uso estratégico de las redes sociales, lo cual consiste en aprovechar el dinamismo de participación existente en redes sociales cuyo efecto red está ya consolidado. En este sentido, canalizar la interacción con los estudiantes a través de los foros montados en plataformas independientes y amuralladas, como ocurriría en el caso de los foros de los cursos Moodle, sería comenzar desde cero.

La preponderancia del individuo y la heutagogía


La tecnología digital tiene efectos que se complementan mutuamente. Por una parte, está creando una brecha cada vez mayor en la desigualdad de la productividad en una sociedad. En las sociedades primitivas de recolectores y cazadores por ejemplo, no había casi variación en la productividad de sus individuos. Por ejemplo, ¿cuantas veces más productivo o hábil en la cacería podría ser el mejor cazador de una tribu que los demás miembros de esa tribu? ¿Quizás por un factor de 2? Sin embargo, cuando le das a un grupo de personas un computador a cada una, las diferencias en productividad y alcance de cada uno pueden variar enormemente12.

No se trata de resolver problemas de programación o la realización de ciertas tareas en una fracción del tiempo que los demás, sino de decidir cuales tareas realizar y poder ver los problemas y resolverlos antes que otros se hayan enterado que esos problemas existían. En todo esto, la imaginación y la creatividad juegan un papel muy importante.

Las sociedades industriales se organizaban en torno a corporaciones donde cada persona era sólo un engranaje reemplazable por alguien con iguales calificaciones profesionales, desempeñando un funciones específicas dentro de la organización. Hoy, las grandes empresas y los individuos son nodos en la red, con un mismo nivel de jerarquía y compitiendo en igualdad de condiciones. Hoy en día, un adolescente de 15 años puede crear un app y de ahí fundar una compañía multimillonaria con cotizaciones en la bolsa de valores- entonces, nosotros los académicos universitarios tendríamos más bien que aprender de él y no él de nosotros.

Por otra parte, la tendencia a la automatización reconfigura drásticamente el mundo laboral. Algunos economistas como Jeremy Rifkin plantean un escenario en donde la semana laboral irá reduciéndose en horas y en el cual cada vez más personas estarán desempleadas. A medida que el capital (la tecnología) se convierte en mano de obra y el ser humano queda por fuera de los procesos de producción, tendrán que replantearse los mecanismos para la distribución de ingresos, cosa que según Rifkin se haría a través del crecimiento de un tercer sector - el de las agrupaciones comunitarias y las organizaciones de voluntarios13.

Douglas Rushkoff, experto en medios, propone en su libro "Throwing Rocks at the Google Bus" que lo que estamos viendo es el resultado de un modelo de extracción de plusvalía económica orientado a mantener niveles ya insostenibles de crecimiento del capital corporativo. La culpa, argumenta, no es de la tecnología digital que usamos; el problema más bien radica en que usamos esa tecnología para operar un sistema económico basado en monedas centralizadas, corporativismo y monopolios esencialmente igual al que surgió a finales del siglo XIII en Europa. Facebook, por cierto, es un buen ejemplo de estos principios llevados a un extremo: el uso de la data que generan sus usuarios para fines corporativos sin retribuirle a estos dinero a cambio. La solución planteada consiste en utilizar las redes digitales para desmontar el sistema centralizado y promover el intercambio económico directo entre productores y consumidores.

La reestructuración del mercado laboral y la magnitud con la cual las tecnologías digitales amplifican la productividad de los individuos crean una sociedad extremadamente compleja e impredecible que nos obliga a revisar los planteamientos fundamentales de la educación. Se supone que preparamos al futuro egresado para entrar en un mercado laboral, pero ese mercado laboral podría no existir cuando el estudiante egrese como profesional, o los conocimientos y competencias aprendidas estén ya obsoletos. Se supone que preparamos a nuestros estudiantes para el futuro, pero nadie puede pronosticar cómo será ese futuro en 10, 5 o inclusive 2 años.

Nuestro sistema educativo formal está fundamentado en el currículum, palabra etimológicamente vinculada con la idea de una pista de carrera circular en la cual los caballos salían desde un punto de partida y llegaban a una meta. De igual manera, el sistema educativo supone que hay un punto de partida, una meta y una determinada duración de tiempo para llegar de un punto al otro. En base a esto, estructuramos todo el proceso de instrucción. El problema con esto es que los tiempos en que estamos requieren que tengamos una capacidad de respuesta ante los cambios impredecibles que nos dificultan preestablecer metas u objetivos de aprendizaje de antemano. Lo que se requiere es establecer una dirección general y una calidad de acción más afín a la improvisación y a la capacidad de improvisar colaborativamente con otros. Necesitamos un sistema educativo que fomente la capacidad de aprender durante toda la vida (lifelong learning) y la adquisición de destrezas para enfrentarse creativamente a los cambios rápidos.

Tales situaciones de aprendizaje son abordadas por la heutagogía, que yace más allá de la andragogía en el continuo pedagogía-andragogía. En la heutagogía, el estudiante esta en el centro del proceso de aprendizaje y no el docente o el currículum. Es el estudiante quien determina qué va a aprender, cómo y cuando, o en todo caso, el estudiante en negociación con el docente, quien es más bien un facilitador. Esto supone un alto grado de individuación de la instrucción y de la ruta de aprendizaje. Me imagino que como ocurrió en la industria musical donde ya los artistas no graban álbumes sino singles, el pensum de estudios de cinco años tenderá a desaparecer a favor de cursos de duración más corta y las rutas de aprendizaje de los estudiantes serán muy diferenciadas y poco estandarizadas, lo cual es consono con un sistema social post-industrial en el cual la diferenciación individual priva sobre la estandarización colectivista.

Esto nos trae de vuelta a las reflexiones que hacía sobre la perspectiva del tiempo al principio de este artículo. Los antiguos griegos también tenían dos conceptos distintos del tiempo. Por un lado estaba Cronos, el término con el cuál los griegos se referían al tiempo secuencial universal. Por otro lado estaba Kairos, que es el tiempo en el cual suceden los eventos de significación humana. Las tecnologías digitales y la heutagogía abren una ventana interesante para crear ambientes de aprendizaje regidos por Kairos, en los cuales cada estudiante aprende a su paso y se auto-evalúa y es evaluado cuando quiera. Se realizaría así la visión de la UNA de ofrecer una educación abierta cuando se fundó hace ya casi 40 años.

Notas

  1. Ver Simon, 2016.
  2. No hay una traducción al castellano adecuada para la palabra engagement. Se ha sugerido "enganchamiento" (ver Gonzalez, 2012) para referirse a la cualidad que tiene un contenido o recurso en internet para captar nuestra completa atención. Otra definición sugiere que el engagement es una conexión o vínculo emocional con la audiencia (González, 2013). Yo sugeriría más bien el término interactividad, que también supone captar la atención del usuario, no como un ente pasivo que consume el contenido que ofrecemos sino también como alguien que intercambia información con nuestro sitio y con otros usuarios del sitio, esto sin dejar de un lado el vínculo emocional del usuario con la comunidad virtual.
  3. "Nos movemos en el umbral enre dos épocas, o civilizaciones, y nadie sabe exactamente qué depara el futuro, sobre todo en una perspectiva de duración evolutiva." (Brünner, 2003, pp. 153-154). Estando en ese umbral, prefiero remar, aún de espaldas al futuro, que dejarme llevar por la corriente.
  4. Ver Corredor, 2016, p. 17.
  5. Ver el artículo Wikipedia sbre la web 2.0.
  6. Ver Corredor, 2016, p. 5.
  7. HTML significa Hyper Text Markup Language, y es uno de los estándares de interoperabilidad o especificaciones técnicas a las cuales nos referíamos cuando hablábamos de la web 2.0 más arriba. La web 2.0 no supone un cambio sustancial o radical en estos estándares, sino más bien una filosofía de diseño o una capa de funcionalidades agregada con la cual se desarrollan los sitios web.
  8. La cita original completa de Douglas Rushkoff es bastante dramática: In the emerging, highly programmed landscape ahead, you will either create the software or you will be the software. It’s really that simple: Program, or be programmed. Choose the former, and you gain access to the control panel of civilization. Choose the latter, and it could be the last real choice you get to make.
  9. Ver Williamson, 2010.
  10. Son métodos de investigación emergentes ... de los años 60.
  11. Por cierto, vengo observando que la cantidad de asesorías presenciales es cada vez mucho menor que la cantidad de asesorías virtuales.
  12. Ver Graham, 2004.
  13. Esta es una de las conclusiones que formula Rifkin, 1995 en su profético libro "The End of Work".

Bibliografía



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